Te veo en cada flor que pasea,
En el sol que brilla pese a todo,
En la noche larga,
Que me espera amanecida.
Te huelo a cada paso,
E incluso te siento,
En las calles y en los bares
Que aún no pisamos.
Se secan mis ilusiones,
Sin el río de tu voz,
Recrudecen mis tristezas,
Sin tu aroma en flor.
Marchitándose el ensueño,
Del edén y del amor.
Podré tener otras flores,
Nada soy, sin su sabia vital
Su luz y cálida voz.
Me inundo de verdor,
Recordando su jardín,
Caudaloso río cristalino
Su movediza sonrisa.
Que quebrada en mi memoria
Recrudece silenciosa,
Nostalgia gris de recuerdos.
Deshojándote a mi lado,
Implorabas piedad.
Sangrando miel,
Mi corazón te oyó.
¿Dime ahora, mujer,
Podrá alguien amarte como yo?
Hoy, sólo me queda,
Triste dolor tembloroso,
Este cantar herido y lastimero
De eternidad y quemazón
Donde quedó aquel son?
Seco, sin tus delicias.
Ásperas se volvieron las caricias,
Tiempo truncado de amor.
Todos los poemas pertenecen a los AUDIO LIBRO de FRANCISCO ALVERO CANTA
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