Sonrisa fuera,
cenizas dentro,
Eso se percibe en
los dos.
La ilusión atragantada,
Fría y marchita la flor.
Latiendo en las
entrañas
Muerde mi
sangre,
Y en mi canto
anida
Desgarrando
adioses sin razón.
Ajeno a su
calor,
Me abraza un crudo
invierno.
Lejos, muy lejos quedó,
Primaveral verano
Estremeciéndonos
Más allá del paroxismo,
Oímos morir el
sol
Y de a poco,
renacer el amor.
Desfloré
candores azules,
Tímidos ardores de juventud
Sublimes y puros sentires
Encendidos de miel y luz
Ni la distancia ni el tiempo
podrán
arrancarlos aun.
Extirpar
quisiste lo que sentías,
Masticar una
mentira,
Que ya no me
amabas,
Que ya no eras mía.
No hay razón
para dejarnos,
Si sentimos
verdadero amor.
A veces me huele
a imposible,
Que cuento la
historia de otro ser,
Celosa la noche,
de mi voz,
Con su brisa
engañosa,
Opacó todo el
azul.
Malogrando
nuestro amor
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