Alguna vez, depositaste tus
lágrimas en mí.
Yo deposité tu corazón en mis manos
y lo calmé.
O tal vez fue el amor.
Eso me dijiste una vez.
Extirpé todo
el dolor de raíz,
Saque tus dudas,
Y con ellas, hice un motor,
Para andar y hacer los caminos.
Sané todas tus heridas,
Desde el primer beso que nos dimos.
Y al respirar, respiramos juntos un aire nuevo,
Y al amar, amamos un amor nuevo.
Disfrutamos cada paso,
Tomaditos de la mano.
El retoñar de la vida,
A cada instante, piel a piel.
Cada esquina, pasó a ser nuestra esquina.
Cada farol, nuestra luz.
No lo habíamos vivido antes?
Es el amor que existe desde siempre en los dos.
Cada motivo, una alegría,
Arrinconando el querer inmaculado.
Estás dispuesta a recibirlo?
El canto y el
alma del trovador?
Tu silencio elocuente,
Me confirma que sí.
Para que querés preciosura
Que te baje un cielo azul?
Si con un beso de los nuestros,
El universo es de los dos.
Si el parpadear de tus ojos,
Lleva consigo mil instantes de sol.
Si se duerme en tus ojos, el amor.
Mas contenta florecerá la aurora.
Tu alegría, es mi alegría,
Tan compartida, mi amor.
En algún rincón dormido,
Está la llama eterna del amor.
Si logro despertarla,
Será siempre mio ese sol.
Danzando con frenesí,
Aires que hay en vos y en mí.
Mi amor, es lento como arrollo,
Pero profundo en la tierra.
Avanza claro, sin cesar.
Mi amor, como mi canto.
Es poniente y es ocaso,
Solo le faltan tus brazos.
Todos los poemas pertenecen a los AUDIO LIBRO de FRANCISCO ALVERO CANTA
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