Z A M B A
C A N C I O N
MÚSICA: Francisco Alvero EL JUGLAR
BASADA EN UN POEMA de Julio Sosa
(Del Libro "Dos Horas Antes del Alba")
Esta zamba de amor, de amor en agonía
Memoria de un adiós, que triste me dejó
La canto con el alma, porque la siento viva
Aunque yo sé muy bien... que ya, que ya se fue!
Cuando mi alma ya abandone su envoltura terrena,
Se acercará a tu alcoba doliente y errabunda, de verdad
Impotente y terrible, mi deseo, ay de amarte,
Retorcerá mi cuerpo, prisionero de su tumba
Te gritaré angustiado, cuando escuche ya tus pasos llorando,
Apenas caminando por la senda compartida
Y ese techo de tierra que me aísla de tu abrazo,
Arañaré frenético, en un esfuerzo vano
Ya no podrán mis labios, dibujar esos encantos,
Que seguirán viviendo, palpitando muy lejanos,
Que inspirarán pasiones, a pesar de todo el llanto derramado
Tal vez, por ti me alegre, más por mí ya estoy llorando
Yo sé que con mis versos y mi zamba, por siempre estaré a tu lado
Aunque sean otros labios, los que te den mi amor
Memoria de un varón, de un tiempo ya olvidado
No sé si fue verdad, ahora no importa ya
Acaso esta zambita, pudiera homenajear
Al gran varón del tango, también como a su amor.
RECITADO
“Ya no podrá mi boca, mordisquear insaciable,
El suave marfil mórbido y celestial de tu cuerpo,
Y del húmedo beso, que estremeció tu carne,
Solo tendrán tus fibras, un molesto recuerdo...”
Vení, sentáte cerca, de mi lecho agonizante,
Vení, acercá tus manos, luminosas como estrellas,
A mi frente que me estalla y que me quema de dolor,
Calmando de agonía al pobre corazón
Mi alma se desangra de dolor y quemazón
Es como un frío invierno que en primavera murió.
Prefiero ese calor de aquellos besos de amor
Al calor de este infierno atronador,
A tus ojos febriles que miraban con pasión el arrebol
No quiero ver los míos, temblorosos de pavor
Cierra bien la persiana, y ahora vete por favor
Que la luz me molesta, y me duele el corazón
Ya no podrán mis manos, enredarse con tu pelo,
Ni aplastaré mi boca, ay, ay, en tus labios de fuego
Que sangraran sedientos, después de beber entero
Un cántaro profundo de amor y de misterio!
No crisparás tus garfios con violencia en mi pecho,
Ni en la incansable almohada... de nuestro amor eterno...
...Cerrá bien la persiana, porque yo aquí me quedo
Junto con los recuerdos, que latirán por dentro
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